ERMITA DE MANJAVACAS
Se construyó posiblemente a principios del siglo XVII, en la Carretera de las Mesas, y a siete kilómetros exactos de Mota, en un pequeño promontorio, donde convergen los caminos Senda de Santa María y Carril de los Valencianos. El Papa Paulo V concedió una Bula a esta nueva ermita el 9 de enero de 1612.
Es un edificio típico del Neoclásico. La planta es de cruz latina, ábside cuadrado y coro elevado a los pies. Está cubierta con bóveda de cañón con fajones y lunetos en nave, ábside y brazos. El crucero se cubre con cúpula de media naranja sobre pechinas decoradas con medallones que representan a los evangelistas.
Tiene decoración barroca en el tambor, cúpula, intradós de los fajones y pilastras adosadas. Altares en ábside y brazos. Tras el cabecero se encuentra el camarín de la Virgen cubierto con cúpula de media naranja rebajada sobre pechinas.
Dos portadas nobles y sencillas en la parte central de los muros del mediodía y del norte. La puerta norte está precedida por pórtico cubierto practicado por tres arcos de piedra. En la puerta sur tiene otro pórtico más rudimentario de seis arcos, cinco de frente y uno de acceso.
En su interior destacan tres altares realizados por Santiago Lara, que hizo la decoración y restauración de toda la Iglesia en 1942, con filetes dorados en la moldura de la cornisa, cercos y colgantes pendientes de cabezas aladas en los fustes de las pilastras.
El altar mayor es de líneas neoclásicas con hornacina central para la imagen de la Virgen, con vidriera al fondo, practicable hacia el camarín.
Ático de arco rebajado con relieve de la Asunción. La primitiva imagen de Nuestra Señora de Manjavacas fue destruida durante la guerra civil española. La actual es de buena talla, de 165 cm. de altura, con el niño sentado en la mano izquierda, y se trajo de Valencia en 1940.
Esta Ermita es importante turísticamente porque en ella se celebra las fiestas patronales o la “Traída y la Llevada de la Virgen” que están declaradas de Interés Turístico desde 1977.
La traída de la virgen a hombros de sus anderos tiene lugar el primer domingo de agosto de madrugada, miles de personas se reúnen al alba junto a la ermita de Manjavacas, allí se reparten lluecas y chocolate a todos los asistentes y después de la liturgia, la imagen de nuestra patona sale en procesión hasta el pocillo, desde donde una vez tapada, sale a la carrera sobre los hombros de sus fervientes anderos, para recorrer los siete kilómetros que separan la ermita de la localidad. Una vez allí es destapada y llevada en procesión hasta la iglesia parroquial.
ERMITA DE EL VALLE.
Fuera del casco urbano y a un kilómetro de distancia siguiendo por la Carretera de Los Hinojosos, encontramos la desviación que nos lleva a la Ermita del Valle.
La Ermita del Valle guarda una estrecha relación con los cantareros. El barro utilizado por ellos siempre se ha extraído de los barreros del Valle y de la casa de las Burracas, situados muy cerca de la ermita, a unos 2 kms. del pueblo. Según la tradición la Virgen se apareció a un cantarero mientras picaba en el barrero y San Agustín acudió para saciar su sed. De esta manera se convirtieron en los patrones de los cantareros y del Barrio de las Cantarerías.
Por su proximidad al pueblo, su estrecha relación con la artesanía moteña y su zona recreativa con merendero y columpios y una amplia arboleda lo convierten en un paraje ideal para pasar el día con amigos y familia.
IGLESIA PARROQUIAL SAN MIGUEL ARCÁNGEL
Mota del Cuervo es una de esas localidades que se desarrolló y creció al abrigo de las órdenes militares en la época de la repoblación, pertenece “La Mancha Santiaguista” ya que sería la Orden de Santiago la responsable de la reconquista y repoblación de estas tierras.
Uno de los cometidos más importantes de los visitadores de la Orden de Santiago consistía en conocer la situación de las iglesias. Por ello, a través de las páginas de las Visitas tenemos muchos datos sobre ellas y su funcionamiento a lo largo de los siglos.
Así sabemos que esta iglesia parroquial de San Miguel Arcángel, se inició en el siglo XV, su construcción se prolongó durante los siglos XVI y XVII.
La visita de la Orden de Santiago, fechada en 1494, es muy ilustrativa para conocer el estado en que se encontraba a finales del siglo XV:
“Mandaron los visitadores al mayordomo de la dicha iglesia que haga cubrir la torre de las campanas con su madera y teja como conviene.
.. que el arco toral que está junto con la capilla mayor se corte ... de manera que se pueda ver el altar mayor desde el cuerpo de la iglesia. Lo cual le mandaron que haga dentro de este año”.
En 1537 continúan las obras, y se manda que se haga un repartimiento vecinal para que se terminen de enlucir las capillas y las bóvedas.
La portada Norte (plateresca) cobijada por dos grandes contrafuertes con arco de medio punto flanqueado por columnas pareadas de orden corintio sobre plinto, rematando un entablamento corrido y coronado por una gran venera con pináculos moldurados a los lados. En la portada aparecen los símbolos de la Orden de Santiago.
En el lado opuesto encontramos la portada sur o “del Sol” en estilo dórico con frontón y bolas típicas herrerianas. Este espacio que se puede ver delante de ella es “el pretil” de la Puerta del Sol, una especie de cercado con fuerte antepecho con bolos repartidos en igual distancia; se labró, según noticias, hacia 1616.
Su planta de salón se divide en tres naves, cada una de tres tramos, siendo iguales las dos colaterales y algo más angostas que la central.
Vemos el coro en los pies y ábside con dos capillas en el cabecero.
Hecha en mampostería con sillares en las esquinas y enmarcando las ventanas rectangulares en el cuerpo central y circulares en la cabecera.
La torre situada en el piecero es de planta cuadrada y dividida en dos tramos separados por cornisa.
Los tramos de las naves se cubren alternando bóvedas de crucería, de pañuelo y de arista. La cubierta del crucero es una cúpula sobre pechinas.
Mediante un arco toral se accede al ábside y a través de un arco de medio punto con impostas resaltadas se une a sus dos capillas laterales, cubiertas con cúpulas sobre pechinas.
Las columnas tienen pilastras adosadas excepto las del coro que son nervadas y las del arco triunfal de acceso al ábside que tienen diseños barrocos.
El coro está elevado formando un pórtico de tres arcos, el central más ancho, con arco carpanel y los laterales con arcos rebajados, cuyo intradós se decora con un motivo helicoidal a modo de soga que denota una clara influencia del gótico levantino del siglo XV.
El alfarje que lo cubre es de interés.
Cuenta con varias capillas, entre las que se encuentra la Capilla del Bautismo, con bóveda rebajada, la Capilla del Santísimo, de mampostería de sillares en las esquinas y de planta poligonal, la Capilla de la Soledad con bóveda de lunetos, la Capilla de Jesús Nazareno y la Capilla del Cristo de la Columna.
Los altares y retablos son de Santiago Lara. Destacan las imágenes de talla de San Miguel, La Piedad, Jesús Nazareno con la cruz a cuestas, Jesús Yacente y un crucifijo de tamaño natural.
La Iglesia se restauró en 1974 y fue declarada Bien de Interés Cultural con la categoría de Monumento en 1990.